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K5 Argiñano Txakolina 2018 es un txacolí blanco producido por la Bodega k5 Arguiñano elaborado bajo la Denominación de Origen Getariako Txakolina - Txakoli de Getaria.
Se produce con uva Hondarribi Zuri 100% de viñas plantadas en laderas cercanas a la costa que baña el mar Cantábrico. Los viñedos se encuentran situados a 300 metros de altitud, en la localidad de Aia muy cerca de Zarautz. Este txacolí ha tenido una crianza de 11 meses sobre sus lías en depósito de acero inoxidable a temperatura controlada.
K5 Argiñano Txakolina 2017 obtuvo una puntuación de 92 en la Guía Peñín.
Si tiene cualquier duda, puedes comunicarte con nosotros:
K5 Argiñano Txakolina 2018 es un txacolí blanco producido por la Bodega k5 Arguiñano elaborado bajo la Denominación de Origen Getariako Txakolina - Txakoli de Getaria.
Se produce con uva Hondarribi Zuri 100% de viñas plantadas en laderas cercanas a la costa que baña el mar Cantábrico. Los viñedos se encuentran situados a 300 metros de altitud, en la localidad de Aia muy cerca de Zarautz. Este txacolí ha tenido una crianza de 11 meses sobre sus lías en depósito de acero inoxidable a temperatura controlada.
K5 Argiñano Txakolina 2017 obtuvo una puntuación de 92 en la Guía Peñín.
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Brillante, limpio y cristalino de intensidad media, con color amarillo verdoso pálido y destellos alimonados.
Intensidad media-alta con claras notas minerales y graníticas propias del terruño. Destacan los aromas de flores blancas como la manzanilla y la bergamota y de frutos cítricos como el pomelo y la lima.
La entrada es contundente, mostrando tanto la frescura de un buen txacolí del Atlántico como una buena estructura. En boca desarrolla su volumen convirtiéndose en un vino glicérico y redondo.
Combina con todo tipo de mariscos y pescados, especialmente con las anchoas del Cantábrico, el rodaballo y el atún rojo. Se puede maridar también con carnes blancas como el pollo, el pavo y el conejo.
Brillante, limpio y cristalino de intensidad media, con color amarillo verdoso pálido y destellos alimonados.
Intensidad media-alta con claras notas minerales y graníticas propias del terruño. Destacan los aromas de flores blancas como la manzanilla y la bergamota y de frutos cítricos como el pomelo y la lima.
La entrada es contundente, mostrando tanto la frescura de un buen txacolí del Atlántico como una buena estructura. En boca desarrolla su volumen convirtiéndose en un vino glicérico y redondo.
Combina con todo tipo de mariscos y pescados, especialmente con las anchoas del Cantábrico, el rodaballo y el atún rojo. Se puede maridar también con carnes blancas como el pollo, el pavo y el conejo.